Baila, baila, baila

Haruki Murakami es uno de mis autores favoritos y con Baila, Baila, Baila he descubierto otro tipo de argumento diferente a los que había podido leer hasta ahora.

No voy a engañar a nadie, si tienes la mala suerte de leer dos o tres libros de Murakami y empiezas a buscar puntos comunes puedes encontrar muchas similitudes entre ellos.

Eso puede llevar al error de pensar que todos sus libros son iguales, nada más lejos de la realidad.

Aunque hay temas que se repiten, muchas veces son secundarios.

Sobretodo la obsesión con las revueltas estudiantiles de finales de los 60, la música, el consumo de alcohol y cigarrillos..

Muchos de estos temas ambientales son vivencias propias del autor.

Volviendo a Baila, Baila, Baila, no hay triángulos amorosos, al menos no con la intensidad de Tokyo Blues o Kafka on the Shore.

De lo que no se olvida Murakami es de introducir ese elemento misterioso, ese universo paralelo que esconde siempre algo de sus protagonistas.

También hay suicidios y muertes, pero hilados de una manera diferente a sus otras obras.

Y todo esto se entrecruza para contar la historia de un japonés medio en la treintena que intenta encontrar su lugar en la vida.

Algo tan sencillo se verá salpicado de situaciones complejas, extrañas, paranormales.. muy al estilo de Haruki Murakami.

Incluso se permite hacer un cameo en este libro, como escritor de éxito, aunque cambiando un poco el orden de las letras en su nombre.

Ha sido un libro que me ha gustado mucho, también regalo por mi cuarenta cumpleaños y que he podido leer tranquilamente durante las últimas vacaciones.

Una buena historia que engancha de principio a fin, aunque he de reconocer que ésta va de más a menos, siendo el final bastante suave.

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