Finalmente culminaremos el viaje, han sido doce días de Camino atravesando casi 1000 kilómetros encima de la bicicleta.
La última etapa es bastante tranquila, bosques de eucaliptus, alguna leve subida y poco más. El Camino serpentea de un lado a otro de diversas carreteras, con lo cual hay que andarse con ojo a la hora de cruzar.
Esta última etapa la hago prácticamente sólo, me siento con fuerzas y a la vez tengo ganas de llegar. Antes de salir decidimos que nos alojaremos en el albergue de la ciudad de Santiago. La mayoría de los peregrinos se quedan en el del Monte do Gozo, que se inaguró aprovechando la pasada visita de Juan Pablo II.
Tras atravesar la autovía que llega a Santiago se me rompe el freno trasero de la bicicleta pero ya estoy en la ciudad, así que simplemente tengo que buscar la Plaza del Obradoiro y junto al parador, espero a mi prima.
Tras llegar a Santiago, vamos al albergue y cogemos sitio, por la noche salimos a cenar por el casco viejo.
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