La primera noche la hemos pasado en el autobús. La verdad es que el autobús llevaba bastantes peregrinos además de nosotros, con sus bicicletas, mochilas y todo lo demás. Ha sido una noche muy larga, no he podido dormir y me he enterado de todo, las paradas para mear y la parada más larga en Zaragoza.
Llegamos a Pamplona a eso de las cinco y media de la madrugada y hemos tenido que esperar a que pasará el primer autobús para acercarnos al polígono de Pamplona donde hemos recogido las bicicletas que enviamos por SEUR desde Valencia.
Una vez con las bicicletas se nos ha planteado la duda de subir con ellas hasta Roncesvalles o echarlas a un autobús que hay y subir comodamente sentados. El autobús sale a las 18:30, así que como son las ocho de la mañana pensamos que lo mejor es recorrer los escasos 60 Km que nos separán de nuestro destino. Como son sólo 60 km y de poca subida pensamos que nos servirá para acomodarnos a las alforjas, porque en Valencia no habiamos probado las bicicletas con el peso.
Hasta llegar a los primeros altos todo va muy bien, más o menos hasta Zubiri, pero a partir de ahí empieza la ascensión al puerto del Erro. Este puerto puede parecer una birria por la poca altura que tiene, unos 780 metros, pero se empieza a notar el peso de atrás. Después viene otro puerto muy largo, en el cual mi prima y yo hacemos las primeras colas. Como la carretera es tan estrecha hay que subir en fila de a uno y claro..
Hemos llegado a Roncesvalles a las 15:30, rebentados, encima el bar de allí ya no daba comida, así que nos toca aguantarnos y comernos las provisiones que llevabamos para el viaje. El lugar seleccionado para dormir es un campamento montado por el Ejercito: tiendas de campaña con literas de tres pisos.
Mientras se hace la hora de la misa del peregrino disfrutamos del paisaje, realmente el Pirineo Navarro es precioso: pastos, vacas.. para venir de la costa mediterránea sorprende bastante.
Además, está lloviendo.
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