Parque Arqueológico de Torreparedones

El Parque Arqueológico de Torreparedones es un yacimiento que se encuentra en plena campiña cordobesa, entre las poblaciones de Baena y Castro del Río. El hallazgo casual de un mausoleo romano en el primer tercio del siglo XIX hizo que comenzará a estudiarse la zona cercana a los restos del castillo medieval.

Desde entonces se han sucedido las excavaciones y actualmente se puede visitar tanto el templo ibero como partes de la antigua colonia romana, así como el castillo medieval que corona toda el área.

Según se ha demostrado, la zona estaba habitada ya en tiempos iberos, siendo un importante centro de peregrinaje, seguramente por las aguas de la fuente que se encuentra a los pies del actual templo ibero.

Se han encontrado una gran cantidad de exvotos iberos en la zona, gran parte de los cuales pueden contemplarse en el Museo Histórico de Baena, aunque muchos particulares conservan algunos en sus viviendas.

Los exvotos eran pequeñas figuras que se entregaban a los dioses como ofrenda. El asentamiento ibero creció hasta disponer de una muralla que aseguraba todo el recinto, de la cual se conservan las puertas principales.

Es en época romana cuando Torreparedones alcanza su máximo esplendor, no se disponen de datos que puedan asegurar al cien por cien el status del asentamiento pero está claro que fue al menos una colonia romana.

El centro de la colonia romana era el foro que en este caso dispone de todos los edificios importantes que aparecían en las ciudades romanas: la basílica, el edificio administrativo de la curia, unas termas, el mercado..

Uno de los últimos hallazgos son los restos del anfiteatro de la colonia, que han comenzado a ser excavados recientemente y se encuentran aún sin señalizar correctamente.

Otro de los puntos importantes de la época romana son los mausoleos y tumbas, situados en el recinto exterior de la colonia, donde ahora se encuentra el centro de visitantes. Ese fue el punto de partida de las excavaciones y estudios.

De la época medieval destacan una pequeña ermita y por supuesto, los restos del castillo, que tiene su origen en la época musulmana pero que fue finalizado por los cristianos tras la reconquista.

De esta época se conservan los primeros documentos que lo citan como Castro Viejo, lo cual indica que se trataba de un asentamiento amurallado.

La zona fue fronteriza con el reino nazarí de Granada, así que durante años fue un área bastante convulsa, con batallas, secuestros, saqueos, etc.. típico de las razzias que se realizaban por temporadas, tanto por parte de los cristianos como posteriormente de los musulmanes.

Es evidente que en los trabajos de asentamiento de la fortaleza se emplearon piedras y restos de la colonia romana que había sido ya desmantelada en parte durante la época musulmana.

Finalmente, en el siglo XVI el asentamiento acabó siendo abandonado y sus pocos habitantes se trasladaron a las localidades cercanas.