Este fin de semana he estado visitando la ciudad de Canterbury, en el condado de Kent. El condado de Kent esta al sudeste de la ciudad de Londres y es el nexo de unión entre Inglaterra y Europa, por el ser el más próximo a las costas francesas.
Las dos ciudades históricas más importantes de Kent son Rochester y Canterbury, conocidas ambas por sus catedrales y otra serie de edificios y monumentos históricos (castillos, abadías, etc..)
En el caso de Canterbury, la catedral, es sencillamente, espectacular. Tanto todo el recinto exterior como las decenas de estancias que tiene en su interior, desde la cripta hasta las alas laterales, capillas, etc..
Canterbury es la sede del arzobispado homónimo, cuyo arzobispo es el primado de la Iglesia de Inglaterra. Esta posición fue ocupada en primer lugar por San Agustín, encargado de llevar el cristianismo a las islas británicas.
De esa época de la Historia también data el Reino de Kent, establecido por los jutos tras la caída del Imperio Romano, compartía la isla con los reinos sajones y anglos hasta las invasiones vikingas y normandas.
Por eso se pueden encontrar restos de algunos edificios religiosos, como las de la Abadía de San Agustín y la Iglesia de San Martin, que se encuentran en la parte oriental de la ciudad.
En el centro de la ciudad se encuentran, como en toda ciudad inglesa que se precie, dos monumentos únicos: las ruinas del castillo normando de Canterbury y las puertas medievales más antiguas de Inglaterra: Westgate Towers.
Además de por su carácter histórico y los monumentos que alberga, Canterbury destaca por ser una ciudad universitaria, siendo sede de varias universidades, colleges y academias.
Así que sumando turistas y estudiantes, la calle principal de Canterbury presenta siempre un carácter bastante animado. Si lo que se busca es el relax y la tranquilidad, la ciudad está atravesada por el río Stour, dando lugar a jardines y lugares de descanso muy acogedores.