Bath

Bath es una de las ciudades más pintorescas del Reino Unido, algunos dicen incluso, que rivaliza con Edimburgo, en Escocia. Sin duda se trata de una ciudad con un encanto especial.

Los origenes de Bath se remontan a la época romana y de hecho, su monumento más antiguo, son los baños romanos (que de paso le dan nombre a la ciudad) Durante la Edad Media se construyó la abadia de Bath, situada junto a los baños.

En principio iba a ser una catedral, así que tiene un tamaño bastante considerable: el interior es sobrio y de planta única, donde destacan las coloridas cristaleras y el exterior es un claro ejemplo del gótico perpendicular del sudoeste de Inglaterra.

A partir del siglo XVII se produce un renacimiento de la ciudad, los aristócratas ingleses la visitan para hacer uso y disfrute de sus aguas termales. Durante la época georgiana, en el siglo XVIII se construyen numerosos edificios de corte neoclásico.

De esos años datan la famosa plaza circular The Circus y el famoso Royal Crescent, que junto a Victoria Park, el centro de la ciudad y el puente de Pulteney, conforman una espectacular estampa.

El puente de Pulteney fue una de las primeras fotografías que ví de Inglaterra, cuando Iván empezó un blog fotográfico.

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