Aprovechando el segundo fin de semana largo de bank holidays he estado en Devon, en el suroeste de Inglaterra, visitando a mi tía-prima Anna.
Ha sido un viaje diferente, a la auténtica Inglaterra, la verdad es que es salir de Londres y tener la impresión de no haber visto todavía nada de este país.
Devon es ante todo rural, una mezcla de campo y mar, con estuarios y pequeños pueblos de marineros reconvertidos para el turismo familiar. Granjas, marinas, castillos, casas de veraneo..
Anna me reservó habitación en un bed and breakfast de Salcombe, la localidad donde ella está viviendo. Desde allí nos movimos por todas las zonas de los alrededores: Kingsbridge, Darmouth, Totnes..
Aunque el tiempo no dejo de ser todo lo británico posible, con lluvias bastante frecuentes, pudimos disfrutar de algunos de los pueblos y castillos cercanos.
El primer día pude ver Salcombe a fondo, una bonita localidad marinera con un estuario enorme donde se practican todo tipo de deportes acuáticos. También fuimos a una playa cercana, bastante alejada de la civilización, lo que le daba un toque natural y salvaje, sobretodo cuando empezó a subir la marea.
El sábado pude disfrutar de mi primera barbacoa inglesa, muy rural, en una granja en medio de la campiña, con unas vistas del atardecer preciosas pero con un frío también considerable.
Y finalmente el domingo hicimos una ruta por las localidades cercanas visitando algunos castillos, pero eso es otra historia, porque los castillos en Inglaterra tienen muchas historias que contar.
En cuanto a la comida, al fin pude probar platos típicamente ingleses: además de los desayunos ingleses, el domingo comí el tradicional sunday roast y para merendar, aprovechando que estaba en Devon un cream tea.
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