Este fin de semana al fin hemos podido ver la última película de Clint Eastwood y he de decir que no me ha defraudado en nada. Según el propio director estadounidense esta será, muy probablemente, su última película detrás de las cámaras y delante. Por eso recorre prácticamente toda su filmografía para recoger lo mejor de sus películas más destacadas.
El protagonista es un personaje duro y acabado, algo que ha interpretado prácticamente durante toda su carrera. Otro punto que me recordó a una de mis películas favoritas fue el poner nombre a los distintos personajes que van apareciendo ¿quién no recuerda El Sargento de Hierro?
El drama está servido en la película y desde un punto de vista muy superficial trata el problema de las bandas y la inmigración. No critica la inmigración, pero sí la existencia de este tipo de focos marginales que intentan cambiar la vida de los propios inmigrantes, pasando por encima de sus sueños y decisiones.
Una película que hay que ver.
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