Entre el castillo de Praga y la ciudad vieja se extiende este barrio plagado de tiendas artesanales y de recuerdos turísticos. El acceso hasta este barrio desde el castillo tiene lugar por una enorme escalera.
La verdad es que el barrio tiene unas vistas bastante bonitas de la ciudad, con el puente de Carlos al fondo. En Malá Strana se encuentra la iglesia de San Nicolás que destaca por encima del resto de edificios.
Durante el descenso se pueden encontrar cosas curiosas como la figura de la fotografía. Y es que el número de galerías de arte, tiendas de recuerdos y cafés es tan grande, que cualquier medio es bueno para atraer a los turistas.
La última tarde volvimos a recorrer las empinadas calles del barrio de tienda en tienda para comprar algunos recuerdos.