El primer viaje del año ha sido a la capital de Baleares, la ciudad de Palma de Mallorca.
En plena temporada baja es una ciudad tranquila por la que pasear y perderse en las calles del casco antiguo.
Disfrutar de la variedad gastronómica de Santa Catalina o subir al Castell de Bellver y disfrutar de las vistas de toda la bahía y las montañas cercanas.
El Jonquet y Santa Catalina
En la parte occidental del Torrent de Sa Riera, justo al atravesar el Parque de Sa Feixina se encuentra el barrio de Santa Catalina.
En el centro de Santa Catalina está situado su mercado y alrededor suyo calles repletas de bares y restaurantes.
Entre Santa Catalina y el Paseo Marítimo encontramos El Jonquet.
Se trata de algunas callejuelas y plazas que todavía mantienen el trazado de un antiguo pueblo.
Al encontrarse encaramado en una elevación aún conserva algunos molinos (bastante habituales fuera de la ciudad)
Sin lugar a dudas, lo mejor de esta zona es su proximidad al puerto y la gran oferta de ocio y restauración.
Como era temporada baja muchos de los locales estaban cerrados por vacaciones pero aún así pude disfrutar de unos cuantos.
Zona centro
El centro de la ciudad de Palma de Mallorca está limitado por una serie de avenidas que rodean lo que fue el antiguo límite de la ciudad.
La ciudad de Palma de Mallorca estaba amurallada, siendo la última reconstrucción durante la Edad Media tras la conquista aragonesa.
El trazado de la muralla de la ciudad era bastante irregular, aunque se puede decir que tenía forma de estrella, uniendo diversos bastiones y portales.
A día de hoy quedan varios restos de la muralla, el Bastió de Sant Pere, junto al Parque de Sa Fexina es ahora el Museo d’Art Contemporani de Palma.
Toda la zona de la catedral de Mallorca conserva su fortificación, recorrida por el Passeig Dalt Murada. Este recorrido llega hasta el Baluard del Princep.
Por toda la zona más antigua, alrededor de la Catedral de Mallorca se pueden encontrar algunos restos de las murallas romanas y árabes.
Otros edificios interesantes de esta zona más céntrica son el Consolat del Mar y la Llotja de Palma.
Dos edificios de marcado carácter burgués, son representativos de la arquitectura gótica civil de finales de la Edad Media.
En el centro de la fachada marítima de Palma de Mallorca se encuentran el Palau Reial de L’Almudaina y la Catedral de Mallorca.
La Catedral de Mallorca es un edificio imponente que domina toda la fachada marítima y se encuentra en el centro de la bahía de Palma.
La construcción de la Catedral de Mallorca duró casi tres siglos, aunque posteriormente se realizaron trabajos de mantenimiento.
Antonio Gaudí realizó una reforma que duró diez años a principios del siglo XX, introduciendo así elementos modernistas.
La Catedral de Mallorca también dispone de una capilla realizada por el artista mallorquín Miquel Barceló en el año 2007.
Sin lugar a dudas otra de las características del centro de Palma de Mallorca son las casas con patio que se encuentran repartidas por estrechas callejuelas.
Otros puntos de interés del centro de la ciudad son la Plaça de Santa Eulàlia y la Plaça de Cort, donde se encuentra el ayuntamiento.
El Passeig del Born conecta la zona portuaria con la Avenida de Jaume III, una calle comercial con edificios con arcos que conecta el centro con el Passeig de Mallorca.
Aún nos quedará por visitar La Rambla y la Plaça Major, desde donde se llega por la calle de Sant Miquel al Mercat de l’Olivar, otro mercado gastronómico de la ciudad.
Puerto y Castell de Bellver
La zona del puerto de Palma de Mallorca es bastante extensa, de hecho su marina es una de las más grandes que he visto.
Rodeando los muelles con yates, veleros y otras embarcaciones amarradas hay una zona para pasear a la orilla del mar.
Por el paseo y senderos litorales se puede recorrer la bahía desde Portopí hasta El Arenal.
Sin irnos tan lejos se puede subir al Castell de Bellver.
Se trata de un castillo situado en una pequeña elevación boscosa que domina la ciudad de Palma de Mallorca.
El edificio es bastante peculiar pues se tiene forma circular.
Actualmente es la sede del Museu d’Història de la Ciutat de Palma de Mallorca.
Oferta gastronómica
Si por algo destaca Palma de Mallorca es por su gran oferta gastronómica.
Es una ciudad eminentemente turística que durante años ha sido destino del turismo europeo.
Eso hace que la oferta de hamburgueserías, pubs irlandeses, restaurantes indios, etc.. sea bastante abundante.
Además, al ser una ciudad de tamaño mediano tiene su zona hipster con restaurantes de comida fusión, asiáticos, vegetarianos, etc..
A todo ello hay que sumar la oferta de comida latina: mexicana, colombiana, cubana..
Y por supuesto, la comida tradicional balear, con multitud de bares y restaurantes que tienen menú del día con platos como el frito mallorquín, la sopa mallorquina, etc..
Además de esa oferta, la ciudad de Palma de Mallorca dispone de varios restaurantes con estrella Michelin.
Tuve la oportunidad de poder cenar en uno de los galardonados para 2020, el restaurante de Adrian Quetglas.
A continuación os dejo una galería con los platos que pude degustar.
Resumiendo, Palma de Mallorca ha resultado ser una ciudad ideal para disfrutar de un fin de semana tranquilo aunque toda la isla tiene mucho que descubrir.