Para acabar esta semana de vacaciones (que ha sido bastante accidentada) nada mejor que una visita a la capital de la comarca de Requena-Utiel, para disfrutar de su gastronomía, sus vinos y sus monumentos.
Empezó la jornada con una visita a las bodegas Hispano+Suizas donde nos enseñaron el proceso de elaboración de las distintas variedades de vinos que comercializan. Aunque no soy muy fan del vino, he de reconocer que la calidad de sus productos es muy alta.
Destacan sus espumosos, tanto los blancos como el rosado; el vino sauvignon blanc y el tradicional vino tinto elaborado con la uva bobal, típica de la región de Requena.
Después de la experiencia vinicola, nada mejor que una buena comida con los platos tradicionales de la tierra: ajo arriero, morteruelo, morro, embutido, chuletas de cordero.. todo lo necesario para no pasar hambre.
Y para culminar la visita, paseo por el barrio antiguo de la villa, con descenso a sus famosas cuevas incluido. La villa de Requena cuenta con numerosos monumentos como las iglesias de Santa Maria y el Salvador.
Toda la plaza de la Villa se encuentra horadada por cuevas comunicadas entre sí y con las distintas viviendas que la rodean. El origen de estas cuevas se remonta a la época musulmana y posteriormente, tras la reconquista, fueron utilizadas como refugios, silos o bodegas.
Debido a su ubicación en una tierra de frontera, la villa cuenta con numerosos edificios de origen bélico o defensivo como la alcazaba, la fortaleza, la torre de homenaje, así como la plaza del Castillo, que constituía antiguamente el patio de armas del castillo de la villa.