Uno de los principales problemas que he ido adquiriendo con el paso de los años han sido las malas posturas, de nada sirve hacer ejercicios si luego te tienes que pasar 8 horas sentado delante de la pantalla del ordenador.
Afortunadamente, en mi trabajo, tenemos bastantes comodidades a la hora de trabajar y disponemos de cojines para la espalda, respaldos para los pies y escritorios que permiten trabajar de pie.
Después de tantos años ha habido partes de mi cuerpo que se han ido modificando y los nudos musculares son algo bastante común, sobretodo en la zona de la espalda. De nuevo, es una suerte disponer de fisioterapeuta en el trabajo y al menos dos veces al mes consigo equilibrar un poco la postura de mis músculos.
Aún así, ya me ha tocado pasar por un osteópata, un profesional que se encarga de recolocar vertebras y articulaciones, lo que se conoce como hacer crujir los huesos.
Por eso, desde hace unos meses realizo ciertos ejercicios de estiramiento, tanto a primera hora del día como antes de irme a la cama. Hoy os voy a contar lo que suelo hacer cada mañana cuando me levanto a eso de las 6.
Básicamente, lo primero que hago nada más levantarme es hidratarme, intento beber entre 300-500 ml de agua. Después realizo una sencilla rutina de estiramientos, el objetivo de estos estiramientos es desperezarme y acabarme de despertar.
Como norma general no es muy recomendable estirar mucho antes de realizar ejercicio (y suelo ir al gimnasio antes de entrar a trabajar) así que son estiramientos sencillos que me permitan estirar la espalda después de las 6-7 horas en la cama.
- El primer ejercicio que suelo realizar es en la propia puerta de la habitación, apoyo los brazos en el marco superior de la puerta y me dejo caer hacia delante, viene a ser una manera de desperezarse bastante eficiente.
- Luego cojo una esterilla y simplemente me tumbo boca arriba estirando brazos y piernas, a veces también abro los brazos y piernas, depende de lo dormido que esté.
- Después me coloco boca abajo y realizo lo que en yoga se conoce como la postura del niño: de rodillas estiro los brazos y el cuerpo hacia delante.
- Luego hago la que se conoce como la postura de la cobra: boca abajo y con las piernas estiradas hacia atrás se eleva el tronco apoyando las manos y estirando los brazos hacia arriba.
- Por último y antes de levantarme hago la postura del gato: con las rodillas y las manos apoyadas elevar y agachar la espalda.
- Ya de pie apoyando la espalda en la pared y colocando los brazos en forma de ele, los cierro y abro.
Con esta pequeña sesión de estiramientos me doy por despierto y salgo pitando para el gimnasio con tal de empezar el día con la máxima energía posible.