Stranger Things es la última serie producida por Netflix y que se ha convertido en todo un fenómeno de masas este verano. Dada la baja calidad de las series de esta temporada (por lo general) el aire fresco con sabor retro de Stranger Things ha triunfado como el tinto de verano.
Y es que el conejo que se ha sacado Netflix de la chistera con Stranger Things tiene esa mezcla de ambientación, historia e interpretación que consiguen el equilibrio del éxito.
Tengo bastante claro que si no se hubieran mezclado las tres cosas sería simplemente una serie del montón: podría ser una serie basada en los 80 del montón, podría ser un thriller del montón y Winona Ryder podría no ser recordada por su interpretación en la serie.
Pero no es así y la serie ha conseguido muy buenas críticas, se deja ver fácilmente (un fin de semana) y tendrá segunda temporada (esperemos que no la caguen)
La historia comienza con la desaparición de un niño en una pequeña población de los EEUU donde nunca pasa nada. Por lo visto la desaparición está relacionada con un extraño complejo de experimentación auspiciado por el gobierno.
A partir de ese momento empiezan a pasar cosas extrañas, desapariciones, la aparición de una niña con misteriosos poderes y mientras tanto familiares y amigos intentando encontrar al niño desaparecido.
Por momentos la película recuerda a clásicos de los 80 como E.T. o The Goonies. Hay muchas referencias a la cultura y la iconografía de esa década.
Otro punto a favor de la ambientación de la serie es la genial banda sonora que incluye referencias y temas de Joy Divison, New Order, Doly Parton, Jefferson Airplane, The Bangles, etc..
Además desde Netflix se ha anunciado que se va a lanzar a finales de esta semana un álbum producido por Kyle Dixon y Michael Stein con los temas originales creados para la serie (opening, créditos finales, etc.. )