Otra de las series del verano pasado fue Stranger Things, con llegada de su temporada número tres. Honestamente, los chicos de Hawkins empiezan a estar un poco quemados.
La tercera temporada de Stranger Things nos muestra a los niños convertidos en pre-adolescentes, con sus parejitas, sus reveldías, etc..
¿Qué faltaba en Stranger Things, una serie basada en los años ochenta en EEUU? Pues unos rusos ahí para conmemorar el final de la Guerra Fría.
Y es que Hawkins es un pueblo modelo americano, es decir, corruptible a través de su alcalde y los rusos montan una base secreta tan felizmente.
Falta algo más.. por supuesto, el famoso Azotamentes está de vuelta, ahora es mucho más asqueroso y mortal de lo que fue en las temporadas anteriores.
En este caso se va a apoderar de Billy, el personaje que apareció junto a su hermana en al anterior temporada.
Poco a poco irán creando un ejercito de zombies con todos los habitantes de Hawkins.
En esta tercera temporada aparece por primera vez el personaje interpretado por Maya Hawke, la hija de Uma Thurman.
Además, como secundarios aparecen actores como Jake Busey, famoso por sus apariciones en Starship Troopers y Cary Elwes que apareció en el clásico de los 80 La Princesa Prometida.
Poco más que añadir a esta tercera temporada de Stranger Things, tal vez la más floja de todas.
Al menos la calidad de su banda sonora sigue manteniéndose y es bastante recomendable.
Habrá que esperar a ver si la serie remonta en la cuarta temporada o se la acaban cargando definitivamente, cosas de Netflix.
Al menos han decidido acompañar el lanzamiento de la temporada con un nuevo videojuego que parece mantiene el nivel del primero.