Últimamente no hago otra cosa que andar dando vueltas o mareando (sería lo más correcto) con varias cosas y algunas veces se tiene suerte y otras no. En este caso, ha tocado la segunda opción con la nueva versión de OS X, Mavericks. No voy a entrar a valorar aquí el gran trabajo (¿o no?) que han realizado en Apple para lanzar esta actualización, que además es gratis.
Tal vez, por todas las mejoras que prometía, sobretodo con la gestión de múltiples monitores, me decidí a actualizar a la semana de que se publicará en el App Store. Desde entonces, mi ‘viejo’ MacBook Pro de 2011 no reconoce varios de los periféricos USB que siempre ha tenido conectados.
El retroceso ha sido tal que he tenido que dejar de utilizar uno de los monitores, el que conectaba vía un adaptador USB; el hub USB se quemó, gracias Apple; y para colmo de males, el ratón ha perdido toda precisión, seguramente porque es Logitech y no es Apple, y necesita un adaptador USB para conectarse.
La primera consecuencia de este tipo de problemas ha sido que tenga que retrasar considerablemente algunos proyectos en los que estaba trabajando y dejar un poco apartado el blog. Así que de cara a las Navidades tengo una bonita pila de tareas por completar, que incluyen contar las distintas cosas que he hecho durante el último mes y las que tengo previsto realizar de cara al nuevo año.
Lo más gracioso de todo es que antes funcionaba todo correctamente, así que me veo obligado, de nuevo, a borrar el sistema e instalar de nuevo la versión anterior de OS X. Vamos, lo que viene siendo, disfrutar de las Navidades.
Como tampoco quiero parecer un quejica y centrar todas los problemas en mi persona, he de añadir, que en los foros de Apple hay múltiples quejas, similares, desde el primer día. Tal vez debería haber buscado antes de instalar Mavericks.