A vueltas con Simyo

A finales de esta semana he tenido el gusto (o la pesadilla) de reencontrarme con la realidad de nuestro querido país: España. No quiero generalizar la situación de todo un país, con la actuación de una sola compañía y menos cuando ésta es de capital extranjero, pero la sensación de vergüenza ajena y cara dura en general merece ser comentada.

Simyo es uno de esos operadores virtuales que surgieron en España hace unos años y que como casi todos, ha acabado en manos de alguna de las grandes empresas de telecomunicaciones y telefonía móvil. Lo peor de esta compañía no es su servicio o tarifas, que son bastante atractivas y convenientes, si no su pésimo servicio financiero y de atención al cliente.

Una vez decidí establecerme en Inglaterra y por lo tanto, cancelar mi cuenta bancaria en España, empezaron los problemas con Simyo. A pesar de usarlo dos o tres veces al año, por supuesto, debía pagar el servicio que me estaban prestando, pero al no tener cuenta en un entidad española no podía, eso fue en el año 2011.

La primera opción que se me paso por la cabeza fue llamarles y preguntarles si podía pagar de alguna otra manera, o sea, con tarjeta VISA. ¿Dónde no se puede pagar con tarjeta? Por supuesto en Simyo se podía pagar con tarjeta, después de facilitarles mi número de tarjeta, la amable telefonista, desde el otro lado del Atlántico me comunica que no pueden realizar el cobro, puesto que esa tarjeta no es española.

Curiosa la obsesión con lo español de esta compañía a la hora de cobrar y más aún que cualquier página de cualquier rincón del mundo acepte tarjetas, cuentas de Paypal o lo que haga falta con tal de tener el dinero, menos Simyo, que solo acepta plástico patrio.

Debido a este imprevisto, siguiente opción: cambiar la cuenta (la mía ya no existía) y poner una cuenta en la que están como titulares algunos familiares.. craso error, no van a cobrarse nada de una cuenta donde yo no aparezca como titular. Correo electrónico mediante, me lo comunican cuando les planteo la opción.

Al cabo de unos meses, deciden, sin comunicación alguna y cuando, a través de la página web de usuario, ya no aparece que les deba nada  (aunque sabía que no les había pagado) dar de baja y apropiarse de mi número de teléfono. Sí, el número de teléfono que he tenido desde que he tenido teléfono móvil, ese que todos mis amigos tienen en sus agendas.. casi 15 años de número a la basura.

Lo mejor de todo, es que ahora, dos años después de intentar pagarles por todos los medios, una empresa, con el gracioso nombre de Intrum Justitia y especializada en cobros, se pone en contacto conmigo para decirme que debo pagarles a ellos porque Simyo así se lo ha comunicado. Por supuesto y como hace dos años, quiero pagar, pero también quiero mi número de teléfono.. 

Así que si han podido esperar dos años para reclamarme 8,72 € espero que puedan esperar hasta que vaya a España, les llame y me aclaren que va a pasar una vez que pague, ya que no me fío un pelo ni de Simyo ni de Intrum Justitia. Una simple búsqueda en Google con la combinación de nombres es más que suficiente para salir de dudas.