Foto de Alice Kotlyarenko en Unsplash
Han pasado ya 10 días desde el gran apagón, bueno, llamarlo así no sería lo correcto, dado que, afortunadamente, se solucionó medianamente rápido. Aún así, las consecuencias, sobre todo en zonas rurales, duraron varios días, con problemas de cobertura telefónica tanto de la red fija como móvil.
Aunque, sin duda, lo mejor, cómo casi siempre, ha sido la reacción de la gente.. salvando los que fueron a vaciar supermercados (cómo casi siempre también) Cierto es que tengo conocidos que aprovecharon para hacer una barbacoa, dado que el día no daba para más.
El apagón del pasado lunes 28 de abril sirvió para mostrar varias carencias de este país: mientras a unos se les llena la boca con la palabra España y tenemos a otros con resultados ficticios de potencia mundial. En el día a día, los ciudadanos seguimos sufriendo los problemas de una gestión paupérrima y un sistema que simplemente se preocupa por mantenerse a si mismo.
A lo largo de esta semana, habría que sumar los incidentes en la red ferroviaria (utilizados políticamente de nuevo en lugar de asumir responsabilidades y solucionarlos) Se les está dando repercusión ahora, pero son continuos y no son una novedad. Ya en 2019, sin operadoras privadas y con un uso bajo de la red, había problemas (sufridos en persona cuando viajé a Japón o en mis múltiples visitas a Valencia)
Volviendo al tema eléctrico, tres puntos importantes después del apagón:
- La transición energética no puede realizarse sin planificación ni el soporte de fuentes de energía continuadas (al final se acaba comprando energía generada con gas o carbón a Marruecos o de origen nuclear a Francia, más cara, contamina igual que si la produjeras aquí y tiene los mismos riesgos)
- Existe una dependencia enorme de la electricidad y todo lo que ello conlleva. Tener una tarde de desconexión está muy bien, pero la economía e incluso las personas, vivimos interconectadas (a través de Internet) Habría que ver como sobreviven los que se fueron una tarde de cervezas sin el móvil.
- Por último, y como era de esperar, este suceso ha puesto de manifiesto, de nuevo, la mala gestión que realizan nuestros políticos, el derroche de nuestros impuestos, las puertas giratorias.. centrando la discusión en ello, porque cómo se ha dicho muchas veces, la política es el entretenimiento de los pobres. Y los pobres, seguiremos sin soluciones a nuestros problemas.
Foto de Fré Sonneveld en Unsplash
Vamos, que al final, el apagón ha acabado derivando en un asunto político, dejando de lado el problema técnico y de planificación, volviendo al choque de bloques antagónicos, la izquierda – derecha, los que están a favor de las renovables o de la nuclear.. la historia de siempre.
Mientras tanto, se dice que se tardará meses en tener una explicación (o fabricarla, con el olvido de por medio) cuando desde Europa (e incluso desde países como Turquía) se están mostrando datos que explican claramente lo ocurrido (e incluso a las pocas horas ya había explicaciones técnicas) Otra cosa es cómo se explique, para que la imagen del gobierno de turno no se vea dañada, el sistema parezca creíble y todo siga igual.
Por cierto, la hipótesis del ciber ataque, aunque posible, conlleva unas consecuencias muy graves, tanto a nivel de defensa nacional como de política internacional, ya que puede llegar a considerarse un acto de guerra.
Y esto teniendo avisos y predicciones (cómo si fuera un partido de fútbol) desde hace años, meses, semanas.. (¿no es lo mismo que pasó con el COVID?)
Las consecuencias para los ciudadanos están claras de antemano, no se garantiza la seguridad energética (cómo no saben que pasó, apagón informativo, no saben como solucionarlo) pero en todo caso, se invertirá más dinero que procederá, probablemente, de subidas en las tarifas o los impuestos aplicados (spoiler ya está pasando en Portugal)
Aunque ha quedado en evidencia todo el sistema sobre el que se mantiene la producción y suministro eléctrico: empresas con políticos en sus consejos de administración que viven de subvenciones públicas, una red eléctrica basada en una empresa participada por el Estado en un 20% y dirigida por políticos e incluso, un organismo de gestión nuclear, fagocitado por políticos también. No se esperan cambios.
Y eso que a nivel técnico queda bastante claro (no me cansaré de repetirlo, en otros apagones se han sabido las causas en horas) También se conocen las soluciones (técnicas) y mecanismos necesarios. De nuevo, falta de voluntad para aplicarlas y destinar el dinero donde realmente importa.
Todo muy ético, sostenible, transparente.. vamos, lo que nos exigen a los ciudadanos para que el país sea medio decente.
Porque está muy bien decir que vamos a ser más sostenibles, Earth friendly o cómo quieran llamarlo, pero se está demostrando que al final, no deja de ser un negocio más (alguien lo vio, formó un lobby, se fue a Bruselas y ahora está recogiendo los frutos)
Pero es que después de el apagón hemos visto que hasta las subvencionadas placas solares en los hogares no valen para nada. A menos que te hubieras gastado el dinero, poniendo baterías y el mecanismo para aislar tu instalación de la red, porque si no se desconectaban automáticamente como las del resto de centrales y a sacar las velas. Además, esta opción no gusta a las empresas eléctricas.. y ya se sabe quién manda.
Bueno, más que velas, radios y linternas, aunque ya se habían anunciado cómo básicas en esa famosa mochila de supervivencia, muchos seguimos sin tenerlas y ahora con la subida que han dado, hasta en las tiendas on-line está la cosa cara (cómo todo)
Lo dicho, todo muy bonito, no guardéis las velas, ponérselas al santo, virgen o ídolo de vuestra confianza, porque la posibilidad de otro apagón eléctrico no es imposible. Disfrutemos del circo político con las mentiras y bulos que van inventando nuestros políticos y poco más.
Para acabar, que bonita la sensación de no estar hiperconectado o esperando alguna noticia. Desde la calma y la tranquilidad. No todo iba a ser negativo.
Actualización: el sábado 10 de mayo, con las últimas noticias y datos aparecidos.