En la anterior entrada sobre desarrollo web comenté las opciones que había de cara a elegir quien nos podía hacer una página web (las condiciones, como todo, variarían según el tipo y la persona o empresa)
En esta segunda entrada vamos a analizar los distintos tipos de aplicaciones web que se pueden ofrecer a los clientes y explicar de una manera rápida y sencilla como están hechas. Haré incapié en los CMS que se han convertido en los verdaderos motores de las páginas web actuales.
A simple vista podemos encontrar dos tipos de aplicaciones web: las que siempre contienen la misma información y aquellas que se van actualizando a un menor o mayor ritmo de manera constante. La diferencia de los contenidos mostrados nos indicará rápidamente el tipo de página y los recursos que se están utilizando.
- Páginas estáticas: son el primer caso que he comentado anteriormente. Muestran una información invariable y son un recurso rápido y sencillo para tener presencia en Internet. Utilizar páginas estáticas no tiene ningún inconveniente siempre que no vayamos a actualizar los contenidos de manera más o menos frecuente y tengamos que editar el código de cada una de las páginas.
- Páginas dinámicas: las páginas dinámicas pueden alimentarse con datos presentes en bases de datos, el sistema de archivos, programas, etc.. Por supuesto, todas aquellas páginas que visitamos y cambian su contenido cada día son dinámicas. El objetivo de usar páginas dinámicas es poder actualizar de manera rápida y sencilla los contenidos, para ello, entre el soporte de datos (normalmente una base de datos) y la presentación de la página (que sigue la misma estructura que las páginas estáticas) se interpone una capa de programación que actúa como filtro y gestor de los datos.
Ahora que ya sabemos los tipos de página que existen podemos elegir cual nos conviene más y por tanto optar por alguna de las variadas tecnologías existentes.
- Somos un particular que quiere tener presencia en Internet: en principio, si únicamente quieres que haya una página contando algo sobre tí, la mejor opción es crear una página estática, subirla al servidor y olvidarte de todo lo demás. En este caso, se debe usar la tecnología de la capa de presentación, es decir, HTML/CSS para estructurar y mostrar los datos. Si queremos ampliar nuestra presencia podremos añadir nuevas páginas y si queremos actualizarlas de manera continua conviene que instalemos algún gestor de contenidos.
Un gestor de contenidos es un software que nos provee de una capa de gestión de datos y otra para mostrarlos.
Instalar un gestor de contenido (más conocido por sus siglas en inglés CMS) puede traer más problemas que ventajas y es que la facilidad de dejar un archivo con nuestra página desaparece al tener que configurar parámetros para conectar con bases de datos y ajustar diversos directorios para gestionar archivos y demás.
Por supuesto, existen muchos tipos de CMS, enfocados tanto a la publicación de blogs, creación de portales, tiendas online, sitios corporativos, etc.. se pueden obtener libremente o bien pagar por ellos a los profesionales del sector (freelance, estudios, empresas de IT..)
Tal vez ha llegado el momento de elegir entre un software libre y un software personalizado y programado aposta para nuestra aplicación web. En los dos casos no debe confundirse su procedencia con la calidad y potencia que puede acabar ofreciendo.
Por supuesto, podemos pagar por un CMS personalizado y que esté tan mal programado que sea muy complicado de utilizar, debido a su mal funcionamiento e incluso de mantener por su mala estructura. En el caso del software libre, el principal problema suele provenir de las continuas actualizaciones por los distintos bugs que se descubren. En parte, que el código esté accesible a una gran comunidad tiene la ventaja de que se dispondrá de una solución rápidamente, pero su difusión también provoca que no mantener las versiones actualizadas sea un gran riesgo.
Aclarado ésto, que nos ofrezcan un CMS bajo software libre y bastante popular no nos debe resultar extraño, pues en ocasiones será la solución más rápida y barata. Por otra parte, para aquellas páginas complejas que requiere un alto grado de personificación se tendrán que recurrir a soluciones propias.
Después de hablar sobre los CMS y la diferencia entre usar software libre u otras soluciones más personalizadas, sigamos mostrando los tipos de aplicaciones web que podemos encontrar.
- Somos una empresa que quiere tener presencia en la red. En este caso, nos servirán las mismas soluciones que en el caso de una persona individual. Por supuesto el caso se puede extrapolar a si somos un grupo de amigos, una asociacion, etc..
- Somos una empresa que además de tener presencia en la red buscamos captar clientes. Ese debe ser el objetivo actual de las empresas cuando pretenden tener presencia en la red. Básicamente, colocar el número de teléfono y dirección en una página entre millones no va a garantizar, tan siquiera, que alguien lo vea. Para conseguir clientes deben ponerse en marcha técnicas de marketing, tener un diseño convincente y mostrar claramente los servicios o productos que se ofrecen. Llegado este punto es cuando se debe valorar que una web dinámica siempre permitirá cambiar los datos que mostramos de una manera más rápida, con lo cual, seguramente, sea la opción a elegir. La opción más avanzada, en estos casos, debe incluir un catálogo gestionable, una tienda online, etc. Según el grado de personificación y los recursos de la empresa/persona a la que encarguemos el trabajo nos ofrecerá un tipo de solución u otra.
- Portal de Internet: si nuestra presencia en la web va a ir más allá de una simple página corporativa debemos tener claro primero el rango de potenciales usuarios que queremos atraer a nuestro portal. Por ejemplo, un portal turístico buscará atraer personas interesadas en sus vacaciones, un portal sobre maquinaría, noticias de deportes de invierno, etc. En estos casos se ofrece información y se obtiene beneficio, bien a través de la publicidad, suscripciones a servicios extras o acuerdos entre empresas para destacar su información sobre el resto. Con la web 2.0, muchos de esos portales se han convertido en comunidades, donde son los propios usuarios los que aportan una parte de la información.
- Servicio web: es el caso más complejo y concreto. Necesitará numerosos recursos, una buena base de ingeniería y muchas horas programando para poner en marcha una aplicación que hace algo en concreto. Por ejemplo, solicitar documentación a la administración pública, reservas en sistemas de transporte y hoteles, consultar nuestra cuenta bancaria, los TPV de pago seguro que son llamados en las tiendas online, etc. Nos estamos refiriendo, no a la capa que el usuario vé, si no a la parte que hay detrás de ella, seguramente, desde las páginas web se harán llamadas a través de una API hacia el servicio web. En este caso la arquitectura de tres capas que se había citado anteriormente se amplía, integrándose la capa web, a través de un puente, el servicio web, con toda la estructura lógica y de gestión (ERP, CRM, etc.) de la empresa que dá el soporte al servicio web.
Como puede observarse, existen bastantes tipos de aplicaciones web, en cualquier caso, prácticamente, el 90% de las existentes actualmente se pueden englobar en los cuatro primeros casos.
El último, sería el puente entre las aplicaciones web y el resto de software que ha mantenido las estructuras de bancos, grandes empresas, etc. Por supuesto, aquellas empresas que deciden ofrecer o crear nuevos servicios intentan integrar de la mejor manera éstos y el mundo web, pues es una gran puerta de entrada de clientes.
La próxima semana comentaré sobre la relación entre los tipos de aplicaciones y los tipos de personas/empresas que pueden realizarlas, para saber elegir, en cada caso a quien recurrir.
172 comentarios
Excelente, se entendió todo muy bien.
Un buen resumen que sigue valido, aunque tal vez debería actualizarlo con el aporte de las redes sociales