La segunda película que he podido ver a través de Blinkbox ha sido Eagled Eye (en España el título es bastante distinto: La conspiración del pánico) Se trata de un thriller del año 2008, la película está basada en una idea de Steven Spielberg. Dirigida por D.J. Caruso y protagonizada por Shia LaBeouf y Michelle Monaghan, además de Rosario Dawson (quien también aparece en Trance)
Lo mejor de la película es ver a LaBeouf como un verdadero actor protagonista porque es la típica persona a la que coges manía por salir de bulto en Transformers, que debería ser una película de culto y se ha quedado en un desborde de efectos 3D, con Megan Fox (y acompañante) paseándose por ahí. En el caso de Eagle Eye hace un buen papel, dándole bastante credibilidad a su papel (es un tipo bastante acabado que pasa a convertirse en un héroe)
Eagle Eye nos situa en una operación para descabezar el gobierno de los EEUU, una conspiración en toda regla que en este caso no tiene detrás a ningún grupo terrorista, país comunista o extraterrestres que quieran colonizar nuestro planeta. En este caso se trata de un súper ordenador creado por el propio gobierno americano, que analiza de forma automática las situaciones y resoluciones que conciernen a la seguridad nacional de los EEUU.
Y pasando por alto uno de esos análisis será el punto de partida de Eagle Eye. A partir de ese momento empieza una operación, orquestada en todo momento por el súper ordenador para castigar y eliminar a aquellos que no han seguido sus resoluciones: básicamente el presidente y el resto del gobierno del país.
Para llevar a cabo sus objetivos, el ordenador, que tiene acceso a la vida y capacidades de prácticamente todos los ciudadanos del país, escoge a dos personas anónimas que ven así, cruzadas sus vidas y tendrán que seguir las instrucciones que la máquina les vaya enviando si no quieren morir o ver morir a sus personas queridas.
Con Eagle Eye, Spielberg pretendía dar un toque de atención ante la dependencia que nuestra sociedad tiene con la tecnología y como ésta puede llegar a controlar y decidir las vidas de las personas o el futuro de países enteros.