Este verano se estrenó la última película de Quentin Tarantino, Érase una vez en Hollywood. Su novena película es un drama con toques de comedia.
Tarantino se ha valido de la calidad interpretativa de dos grandes de Hollywood: Leonardo DiCaprio y Brad Pitt. También aparecen en escena Margot Robbie, James Marsden o Al Pacino.
El narrador en la versión inglesa es Kurt Russell. También intervienen Damian Lewis, Luke Perry (que falleció poco después) o la hija de Uma Thurman, Maya Hawke.
La película nos sitúa en la gran época de Hollywood, con un actor semiacabado que aún así mantiene cierto status gracias a la ayuda de su chófer.
Así mismo, su chófer también tiene sus historias propias, todo muy extraño, en la línea de las películas de Tarantino.
Todo ésto para contar la historia del ataque que sufrió el director Roman Polanski en su casa de California.
Las referencias históricas a esta época de Hollywood son continuas: Bruce Lee, Steve McQueen y numerosos actores de televisión.
El problema de esta película es que tiene un ritmo muy lento, tal vez demasiado y algunas de las historias se entremezclan sin mucho sentido para la trama general.
El final, bueno, es muy de Tarantino, así que sí, hay sangre.
Lo que sí que es de altura es la banda sonora, una selección de canciones de los 60 repleta de buen rock.
Una película correcta, es de las más flojas de Quentin Tarantino y tal vez signifique algo, que puede ser la última.
Así que Érase una vez en Hollywood.. y todas las historias se acaban, este puede ser el punto final para otra de ellas.