A finales de febrero se celebrará una nueva gala de los premios Oscars en Los Angeles y las películas candidatas se estrenan casi de golpe en la temporada de Navidad y el mes de enero. Ese es el caso de Room, un drama canadiense que he podido ver este fin de semana.
La historia que cuenta Room es demoledora, asombrosa y lo mejor de todo es que la transmite desde la inocencia y debilidad del punto de vista de un niño. Jack, quien vive con su madre en una habitación de reducidas dimensiones y que sin saberlo se encuentra secuestrado junto a ella.
Cuando cumple 5 años, su madre decide contarle la verdad y piensa en un plan para poder escapar. Una vez liberados, empieza una nueva vida y nuevos problemas para Jack, siempre desde su punto de vista y teniendo al frágil niño como protagonista la historia avanza alrededor de las nuevas experiencias y la sensación de libertad que le rodea.
Pero a la vez experimenta junto a su madre sensaciones de presión, rechazo y agobio en el nuevo mundo que se encuentra fuera de la habitación.
La interpretación de Jacob Tremblay es muy buena y más si se tiene en cuenta su edad, le acompaña a la perfección Brie Larson, consiguiendo darle mayor dramatismo a la historia de Room. Aparecen otras caras reconocibles entre los secundarios, como William H. Macy.
Creo que he empezado la carrera de los Oscars con una de las mejores películas.