Esta semana he podido ver la segunda parte de uno de los clásicos de los años 90, Trainspotting, un auténtico jarro de agua fría en el cine que mostraba las locuras y gamberradas (que derivaron en crímenes) de un grupo de jóvenes de Edimburgo.
Ahora, 21 años después, la historia vuelve a repetirse, con los mismos protagonistas que siguen teniendo mucho en común y han cambiado más bien poco, con lo cual el desenfreno y las situaciones que rozan el absurdo (atentos al golpe con un urinario)
El resumen de la película es conocido, en T2: Trainspotting el grupo formado por Spud, Renton, Sick Boy y Begbie vuelve a probar fortuna para obtener dinero fácil, sin importar lo turbio que pueda ser el negocio.
Aún así, hay sitio para la esperanza, Spud quiere reinsertarse en la sociedad, así que después de un colocón épico nada más empezar la película intentará mantenerse limpio a pesar de las influencias de sus amigos.
T2: Trainspotting deja claro que la sociedad de Renton y Sick Boy no puede conducir a nada bueno. Caso aparte es Begbie que se escapa de la cárcel y continua con su carrera delictiva.
Como puede verse Trainspotting en estado puro. En esta ocasión T2: Trainspotting está basado en otra novela: Porno, también del escritor escocés Irvine Welsh (mismo autor de Trainspotting) Repite en la dirección Danny Boyle y también el guionista John Hodge.
T2: Trainspotting es una película entretenida, con ciertos momentos de locura extrema que ya no asombran tanto después de la película original, pero aún así no deja de ser una buena opción para pasar un buen rato.