No voy a negar que The Imitation Game es una de las películas que más he estado esperando durante los últimos meses; sobretodo, después de visitar Bletchley Park en 2013 y de estar leyendo el libro de Andrew Hodges sobre la vida del matemático inglés.
Aunque no es la única película inspirada en la máquina Enigma, Bletchley Park y Alan Turing (hay otras dos que quiero ver también: Enigma y Turing Enigma) sí que se trata de la más ambiciosa de los últimos años.
The Imitation Game está dirigida por el noruego Morten Tyldum y cuenta con un reparto encabezado por Benedict Cumberbatch y Keira Knigthley, acompañados por Matthew Goode, Charles Dance y Mark Strong entre otros.
La película narra, de manera descafeinada, la vida de Alan Turing, con su epicentro en la época que pasó en Bletchley Park trabajando para descifrar el código Enigma de la Alemania Nazi.
Es cierto que después de leer las críticas y ver la película, muchas de ellas se han centrado en destacar las diferencias entre la verdadera historia y The Imitation Game. Incluso Andrew Hodges ha criticado que no se haya mostrado más la homosexualidad de Turing.
Sí, la máquina de Turing nunca se llamó Christopher, su nombre era Bombe y era una versión mejorada de una máquina creada por matemáticos polacos.
A pesar de esas críticas, como ya he comentado, se trata de una versión descafeinada del libro del propio Hodges. Y es que sería insufrible para la mayoría de la gente una película cargada de tanto detalle como muestra el libro.
Sinceramente, prefiero quedarme con la gran interpretación de Cumberbatch y la manera tan amena y entretenida de contar uno de los capítulos más desconocidos e importantes, tanto de la IIGM como de la historia de la computación.