Hoy se cumple un año desde el fatídico accidente de coche que, honestamente, ha marcado estos 365 días.
Aunque a día de hoy estoy recuperado, marcó el inicio de un ciclo realmente negativo.
Curioso que octubre de 2019 se iniciará de manera totalmente opuesta. Acababa de volver del mejor viaje de mi vida, me encontraba realmente feliz, pleno de energías.
Y a veces, cuando estás tan eufórico ocurren ese tipo de cosas que te hacen saltar a una realidad paralela que nunca habrías llegado a imaginar.
Honestamente, ni tras el accidente, ni en los meses siguientes, pensé que me pudiera afectar de tal manera.
No fue un golpe realmente fuerte, pero el tener que romper la rutina que tenía en mi vida fue algo que me acabó afectando, podría decir, que hasta el día de hoy.
Sinceramente, creo que voy a recordar ese día como uno de los peores de mi vida, comparable solo con el de mi vuelta a España.
Y es que si no hay pocos problemas en general, parece que vivir en este país suponga un extra.
Aún hoy, un año después, intento recuperar la rutina que tenía por aquel entonces, una vida saludable disfrutando del deporte y de mis aficiones.
Esta claro, que además, 2020 no ha acompañado.
Los tres meses de confinamiento forzado, sin la rutina establecida y con ciertos cambios importantes en mi vida tampoco lo han puesto fácil.
Afortunadamente, ha habido aspectos positivos durante estos doce meses, como el nacimiento de mi hija.
Aunque la alegría se ha convertido también en preocupación, está claro que en este 2020 nada va a ser perfecto.
Lo que si que tengo claro es que hay que ser positivo, aunque en este caso se trata más de tener fuerza y volver a conseguir lo que tenía hace 365 días. Añadiendo todo lo bueno desde entonces y desechando el resto.