Berlín, la capital alemana, fue la última etapa del viaje por el centro del continente europeo. Como ya la visité en el año 2006 quería ver algo distinto y aprovechando que mi prima vive allí, visité la que fue la zona oriental de la ciudad.
Pero antes de pasar al otro lado, disfrutamos de la gastronomía turca en Kreuzberg y por supuesto de su marcha nocturna. Kreuzberg es la zona de la ciudad donde aparecimos David y yo cuando nos perdimos en el 2006 y tuvimos que buscar una parada de metro para volver hacia el norte.
Hoy en día esta zona de la ciudad es conocida por la gran presencia de la comunidad turca, de hecho recibe el sobrenombre de Pequeño Estambul. Así que a mi llegada me decidí a explorar la comida turca más allá del kebab, la experiencia fue bastante positiva.
Otro punto positivo de Kreuzberg es que se ha convertido en una de las zonas más cosmopolitas de la ciudad (al estilo berlinés) y se pueden encontrar multitud de bares y cafeterias donde acudir a charlas políticas. También es una zona de marcha y no es extraño encontrarse españoles en sus bares y discotecas.
El sábado visitamos la avenida Karl Marx (Karl-Marx Allee), esta avenida se construyó en la década de los 50 para demostrar el esplendor comunista en Berlín Oriental. Destaca por su total simetría, sus edificios funcionales, racionales, aunque a la vez espectaculares por su tamaño y decoración, a base de esculturas, murales y mosaicos.
Hoy en día esta poblada de cafeterias, cines, galerías de arte o librerías. Además pude visitar el Museo de los Videojuegos de Berlín.
La parte oriental de la ciudad ha sido un foco bohemio internacional desde la caída del muro, así que estuve comiendo en uno de los mejores restaurantes japoneses que he probado. Probablemente los artistas japoneses (que van a Berlín) tienen mejor gusto que los estudiantes (que suelen venir a Londres a aprender inglés)
Alexanderplatz fue la siguiente parada, la plaza rebosaba actividad, charlas con trasfondo político, reuniones de pequeños grupos de musulmanes.. es lo más parecido a la Speaker’s Corner de Hyde Park.
El domingo es el día de los mercados en Berlín, así que antes de volar de vuelta a Londres estuve en el mercado de Mauerpark. Este mercado es un rastro gigante que se instala en el parque y donde se pueden comprar todo tipo de productos, mayoritariamente muebles y utensilios de segunda mano. Es importante conocer el alemán porque se puede regatear para obtener mejores precios.
El mercado de Mauerpark es famoso también porque dispone de numerosos puestos de comida y al llegar la tarde, comienzan actuaciones musicales, karaoke, bailes, etc.. así que las familias suelen pasar el día completo en la zona.
Como siempre, una visita que sabe a poco y es que Berlín tiene mucho que ver, más allá de las guías turísticas.