El castillo de Berry Pomeroy fue la última visita que hice en Devon antes de volver a Londres.
Berry Pomeroy es una pequeña villa al este de Totnes, realmente son unas pocas casas, granjas, una iglesia y una escuela.
Y el castillo, bueno, realmente tampoco es un castillo, aunque es una villa amurallada y en sus origenes sí que fue utilizado como fortaleza.
Lo mejor del castillo de Berry Pomeroy es que se encuentra situado en un paraje natural con encanto, ya que el castillo se encuentra sobre una pequeña elevación y cuelga sobre un valle.
La historia del castillo es bastante curiosa y te permite descubrir toda la evolución arquitectónica que ha sufrido. Su construcción se inició en el siglo XIV aunque no se finalizó hasta finales del siglo siguiente.
Durante la época medieval perteneció a la familia Pomeroy, de ahí su nombre. A mediados del siglo XVI es adquirido por la familia Seymur, que mantuvo una frenética actividad social y política en Devon y Londres.
Es por eso que el castillo acabo siendo abandonado y deteriorándose con el paso del tiempo y en el siglo XVIII fue declarado en ruina. Durante el siglo siguiente comienza a atraer visitantes y curiosos, sobretodo por las historias de fantasmas que lo rodean.
El castillo aún conserva parte de sus fachadas interiores, constatando que se trataba de una estructura destinada a acoger visitantes, más que una estructura defensiva, ya que quitando su portal de acceso no cuenta con mayores defensas que la muralla, en algunas zonas fácilmente franqueable.
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