Esta vez no he querido esperar o no he podido hacerlo y desde la semana pasada ya estoy jugando a la última entrega de la saga de videojuegos de tower defense Kingdom Rush, se trata de Kingdom Rush: Origins.
A diferencia de Kingdom Rush: Frontiers, en este caso se ha dado un completo lavado de cara, tanto a la historia como a los protagonistas de Origins.
Ahora debemos combatir del lado de los elfos y enfrentarnos a hordas de criaturas mágicas que amenazan su mundo: arañas, gnolls, elfos oscuros, magos y hechiceras, etc..
Los tipos de las torres se mantienen aunque se han sustituido sus protagonistas, la infantería élfica y sus arqueros se verán acompañados por druidas, magos y ents.
Kingdom Rush: Origins incluye además nuevos héroes, aunque la forma de gestión se mantiene igual que en Frontiers.
Quizás la principal novedad es que con el lavado de cara se han mejorado mucho las interacciones en las pantallas. Ya no solo se puede hacer balar a las ovejas, si no que se pueden utilizar criaturas como dragones o águilas para eliminar enemigos.
Kingdom Rush: Origins ha añadido las pantallas infinitas, aquellas en las que van apareciendo hordas consecutivas de enemigos hasta que no nos quedan más vidas.