Aunque parezca mentira sigo vivo y por supuesto con ganas de mantener actualizado este espacio, desafortunadamente, por problemas con la conexión en casa, me está resultando imposible.
Es algo que ya tenía claro antes de la mudanza, pero también surgieron algunos problemas con el contrato y no sabía si iba a estar mucho tiempo en ella o a finales de abril tendría que volver a cambiarme.
Está claro que lejos quedaron los días de las conexiones con modem pero realmente ahora tampoco tengo una que sea mucho más rápida: 200Kb/s. Hasta el día 28 no va a venir el ingeniero de Sky a poner el cable de fibra óptica que permitirá multiplicar la conexión por 80.
A la escasa velocidad hay que sumar el número de dispositivos que tenemos en casa, seis personas dan para mucho y se crea una fauna tecnológica curiosa: hay varios iPhone que podrían andar con muletas pero siguen funcionando.
Mientras tanto, la simple tarea de abrir el panel de control de esta página se hace tediosa y lleva unos 20 segundos. Así que solo me queda esperar a final de mes, bien visto, son poco más de 10 días, y disfrutar del tiempo (bueno, viviendo en Londres es algo difícil)
También tengo que aprovechar las horas de las comidas en el trabajo o bien quedarme un poco más al final de la jornada para poder seguir el ritmo de los cursos a los que me he apuntado.