Rogue One es la última película del universo Star Wars que ha visto la luz y después de la decepción que supuso The Force Awakens había ganas de ver cual iba a ser el siguiente paso desde que Disney se hizo con la franquicia.
Debido a las fechas y a lo apretado de la agenda, el pasado jueves, de preestreno y en VOSE (gracias por poder evitar el doblaje) pude acudir al cine para ver Rogue One: A Star Wars Story, el primer spin-off oficial, si descartamos las películas especiales que se hicieron en los años 80 (nadie quiere acordarse de ellas)
La película ha recibido varias críticas, no muy positivas, previas a su estreno, sobretodo relacionadas con los actores seleccionados o con como iba a encajar dentro del puzzle de trilogías, episodios, etc.. No hay que olvidar que el argumento y fin de Rogue One es conocido desde que se estreno la primera película de la saga en los años 70.
Un grupo de soldados de la Rebelión consigue los planos de la Estrella de la Muerte sacrificando sus vidas para que Luke Skywalker la destruya en A New Hope, ese es el argumento principal de Rogue One. A partir de él se van conectando o dando vida a los personajes que serán protagonistas en los episodios IV, V y VI, sobretodo Darth Vader y otros miembros del Imperio Galáctico.
Volviendo con los actores, el papel de los dos protagonistas, Felicity Jones y Diego Luna, me parece más que correcto. Los dos evolucionan a lo largo de la película para tener esa nueva esperanza que puede verse en la rebelión en el episodio IV. El resto de actores son casi todos de origen asiático, destacando los chinos Donnie Yen y Jiang Wen, además del rapero inglés de origen pakistaní Rio Ahmed.
Junto a ellos, para formar la tripulación de Rogue One, un robot K-2SO del Imperio reprogramado por los rebeldes que en este caso, interpreta a un personaje con un humor ácido y chispa, que ya se echaba de menos (no, Finn no es ese personaje en el episodio VII)
Además y debido a la situación cronológica de la película aparecen personajes veteranos de las Clone Wars como Saw Gerrera, interpretado en este caso por Forest Whitaker, que con su cara de pena anuncia que algo no muy bueno va a pasar desde su primer momento en escena.
Un par de curiosidades sobre el reparto: el actor y la actriz que interpretan a Moff Tarkin y Leia Organa tienen la cara retocada por ordenador para parecerse a los actores que dieron vida a estos personajes en 1977 y además hay un cameo del productor y el director del futuro episodio VIII como técnicos de la Estrella de la Muerte.
Quizás, la Estrella de la Muerte haya sido el aspecto que menos me ha gustado de Rogue One, en serio, necesitamos una película de Star Wars sin Estrella de la Muerte: Revenge of the Sith (última película estrenada hasta el año pasado) acababa con la Estrella de la Muerte en construcción, The Force Awakens tiene una Planeta de la Muerte que se basa en la Estrella de la Muerte y Rogue One ve los primeros pasos de la Estrella de la Muerte.
Otra de las cosas que no me han acabado de convencer es como termina Rogue One, enlazando casi de manera simultánea con A New Hope, algo que choca con esta última película (no quiero spoilear más, pero que cada uno saque sus propias conclusiones)
Por lo demás, Rogue One es una buena aventura, con altas dosis de acción y es que una vez presentados todos los personajes durante la primera media hora se vuelve al ambiente bélico de Clone Wars y los enfrentamientos entre el Imperio y la Rebelión, tanto terrestres como aéreos, son constantes.
Si el año pasado le regalaba un 7.5 a The Force Awakens, creo que menos de un 8 sería insultar a Rogue One, que sin tener la presión de pertenecer a la saga principal se convierte en una muy buena película de acción dentro del universo Star Wars.