Este fin de semana he estado visitando dos poblaciones del sur de Inglaterra: Bournemouth y Poole. Estas dos ciudades se encuentran en el condado de Dorset, al sudoeste de Inglaterra, entre Devon y la ciudad de Portsmouth (aunque no llega a verse la Isla de Wight desde su costa)
Aunque ambas ciudades están pegadas la una a la otra, son bastante distintas, la verdad es que me decantaría por Bournemouth, ya que todo parece más cercano, aunque Poole también tiene sus zonas peculiares.
Bournemouth tiene una playa de arena de ocho kilómetros, considerada, la más larga (de arena) de Inglaterra (todas las localidades inglesas tienen alguna característica peculiar) Pero para mí, lo más significativo de la playa de Bournemouth no era su longitud, si no el hecho de estar justo a los pies de los acantilados. Y es que la playa se divide en dos, East Cliff y West Cliff, justo en el centro se encuentra el pier, construcción imprescindible en toda localidad costera inglesa que se precie.
Bournemouth tiene dos pier, y es que ocho kilómetros de playa dan para mucho, además de dos ascensores en los acantilados, numerosos parques (muy bien cuidados) y por supuesto, cientos de casitas de playa.
A pesar de ser una zona bastante importante en cuanto al turismo y de las fechas, incluso del buen tiempo, no encontré la ciudad muy animada la noche del domingo. A pesar de ser un destino para estudiar inglés y cruzarme con españoles en cada calle, está considerada más una ciudad de retiro que una ciudad de vacaciones (que se reducen a visitas de un día a la playa)
Al día siguiente me acerqué a Poole, que está prácticamente pegada a Bournemouth, aunque se tarda sobre media hora del centro de una a otra ciudad. Poole es una ciudad bastante reconocida en Inglaterra, de hecho ha sido elegida como la mejor ciudad para vivir de todo el país. A primera vista lo que llama la atención es que es mucho más grande que Bournemouth, al menos su fachada marina. De hecho su puerto está considerado el segundo puerto natural más grande del mundo.
Uno de los fallos a la hora de visitar Poole fue no disponer de vehículo, con lo cual no pude llegar a ver mucho. A pesar de ello me moví hasta la playa de Sandbanks donde se puede cruzar al otro lado de la bahía utilizando un ferry de cadenas. Al otro lado está la carretera que lleva a Swanage y antes de llegar a esa población, la playa de Studland.
La verdad es que ha sido un viaje bastante interesante, sobretodo porque el tiempo acompañó y me he quedado con ganas de volver, con coche y visitar Swanage, Corfe Castle y otras poblaciones de Dorset.