La última película de Studio Ghibli que he visto es El cuento de la princesa Kaguya. Dirigida por Isao Takahata en el año 2013, se trata de la adaptación de El cuento del cortador de bambú, un clásico japonés.
El cuento del cortador de bambú está considerado como uno de los primeros textos escritos del japonés.
Según los estudios, la tradición oral mantuvo vivos muchas de las historias que hoy componen el folklore tradicional japonés.
Con la entrada en contacto con la cultura china, los japoneses adaptaron su escritura y muchas de estas obras, sobretodo canciones, cuentos, ritos religiosos fueron escritos y recopilados.
En ese contexto, El cuento de la princesa Kaguya es un drama con elementos mágicos, religiosos y de la vida social japonesa.
Muy en la línea de las historias que Studio Ghibli nos ha ido contando a lo largo de sus películas.
Las referencias de este cuento son continuas en toda la producción cultural japonesa actual: manga, anime, videojuegos..
El cuento
El cuento de la princesa Kaguya cuenta la historia de un anciano cortador de bambú que encuentra un bebé dentro de un árbol de bambú brillante.
Decide adoptarla junto a su esposa y cuidar de ella. Llamaron a la niña princesa Kaguya (princesa de la luz brillante)
Kaguya crece mucho más rápido que los niños normales y empieza a relacionarse con los pequeños de un asentamiento itinerante.
Además, el anciano va encontrando pepitas de oro a lo largo de los años, de manera que decide trasladarse a la capital y construirse una gran casa donde criar a Kaguya.
Kaguya y sus padres abandonan el campo para ser educada como una princesa.
Convertida en una joven deseada por los más nobles hombres de Japón, cinco príncipes se presentan ante ella intentando conquistar su corazón.
Les asigna a cada uno de ellos complicadas misiones que intentan superar sin mucha suerte, además de la negativa de la joven a casarse.
Incluso el emperador acaba pidiendo la mano de la joven, con la misma suerte.
Finalmente, una noche de verano, con la Luna llena en su máximo esplendor, la princesa comprende que no es de este mundo y deberá volver a la Luna.
Con enorme tristeza cuenta la noticia a sus padres, que harán todo lo posible por evitarlo, con muy poca fortuna.
La adaptación de Ghibli
Dada su proyección internacional, Studio Ghibli decide adaptar este clásico de la cultura japonesa.
El encargado será Isao Takahata mientras Miyazaki trabaja en la adaptación de la novela El viento se levanta, de la cual ya había creado el manga.
Se pretende, de esta manera, producir dos películas de manera simultánea, como ya ocurriera con Mi vecino Totoro y La tumba de las luciérnagas.
De nuevo Takahata se decanta por una historia más adulta, mientras Miyazaki se hace cargo de una historia abierta, donde la imaginación va más allá de la película.
Sin embargo, un retraso en El cuento de la princesa Kaguya hizo que ésta se estrenara a finales de 2013, llegando a los países occidentales casi un año después.
A España llegó en el año 2016.
Si por algo destaca El cuento de la princesa Kaguya es por el trazo de su dibujo y animación.
Las técnicas aplicadas muestran un dibujo clásico con trazos a carboncillo y colores de acuarela. Es la técnica que los budistas chinos llevaron a Japón, denominada sumi-e.
La animación es fluida, haciendo que el misticismo de la historia y los sentimientos encontrados de la princesa se transmitan en cada movimiento.
De esta manera se transmiten los deseos de libertad de elección de la princesa, su naturaleza salvaje, su tristeza..
Dentro de un cuento tradicional, la historia de Kaguya, transmite el mar de sentimientos que es el ser humano.
La crítica alabo la obra de Takahata y obtuvo numerosas nominaciones en los años siguientes a su lanzamiento, incluyendo la de los premios Oscar en 2015.
Como todas las películas de Studio Ghibli está disponible en Netflix.