Las migrañas o dolores de cabeza han sido algo que me han acompañado, prácticamente, durante toda mi vida. He de reconocer que es algo, bastante molesto, aunque acabas acostumbrándote.
Desconozco su origen, de hecho ni los propios médicos pueden determinarlo en muchas ocasiones, pero sí tengo que reconocer que hay factores, que en mi caso, las acentúan.
Aunque puedan parecer lo mismo, las migrañas y las cefaleas son diferentes. De hecho, además de las migrañas, desde el accidente que tuve, también sufro cefaleas.
Causas
Los mecanismos bioquímicos que determinan que una persona sea susceptible a presentar episodios de migraña no son totalmente conocidos.
Aunque, los estudios sobre la enfermedad han determinado factores cardiovasculares que afectan a las arterias de la cabeza, neurológicos que afectan a la corteza cerebral e incluso se ha encontrado relación con ciertos trastornos gastrointestinales.
En todo caso, las migrañas, aunque tienen un factor genético, también se ven acentuadas por algunos aspectos cotidianos: la dieta, el descanso, los hábitos de vida, factores psicológicos e incluso los cambios atmosféricos.
De todos esos factores, hay algunos que podemos controlar para mitigar tanto el efecto, como la frecuencia de las migrañas.
En todo caso, mi principal consejo es acudir a un neurólogo, seguramente os aconsejará, en primer lugar, cambiar vuestros hábitos de vida y tomarse las cosas de una manera más relajada.
Descanso
Tanto la falta, como el exceso de sueño, pueden acabar desencadenando migrañas. Puede sonar extraño, ya que siempre se habla de los efectos negativos de la falta de sueño.
Las personas que tienen turnos de trabajo rotativos o que no siguen un patrón diario, respecto al descanso, son más propensas a sufrir migrañas.
Por otra parte es habitual que el dolor de cabeza sea más frecuente el sábado y domingo que en otros días de la semana, la crisis de migraña está provocada por desajustes en los horarios de sueño.
Hábitos saludables
Mantener una regularidad en las acciones que realizamos en nuestro día a día es bueno, tanto para nuestra salud física y mental, como para nuestra productividad.
Respetar horarios y mantener ciclos, más o menos, continuos evitarán que suframos de migrañas.
La actividad física y evitar el sedentarismo son otros factores a tener en cuenta. Realizando ejercicios de baja intensidad, de forma moderada reduciremos el estrés.
Por otro lado, las migrañas también se ven acentuadas por cambios en la sensibilidad lumínica, ruidos fuertes constantes e incluso, movimientos bruscos. Evitarlos, evitará su aparición.
La exposición constante a pantallas, a ruidos de obras o música con el volumen demasiado alto, favorecen que las migrañas persistan y sean más dolorosas.
Factores psicológicos
Estrés, depresión, ansiedad.. han aparecido de repente en los medios de comunicación tras la crisis del coronavirus. Lamentablemente, estas enfermedades psicológicas han afectado a las personas durante siglos.
La práctica de técnicas de relajación, el descanso apropiado o cualquier otro tipo de terapia, como ejercicios respiratorios, favorecen a atenuar sus síntomas.
En todo caso y dada la naturaleza de este tipo de trastornos del estado de animo, es recomendable consultar a profesionales especializados como psicólogos o psiquiatras.
Dieta
La dieta es uno de los factores más importantes de cara a prevenir un gran número de enfermedades. Las migrañas, son una de ellas.
De hecho, uno de los principales trastornos alimenticios, la obesidad, es uno de los factores que pueden incrementar la frecuencia de las migrañas.
Aún así, los alimentos que ingerimos también pueden afectar negativamente a nuestro organismo. Tanto aquellos difíciles de digerir como los que nos pueden afectar a nivel cerebral o nervioso.
En este último grupo aparecen los estimulantes, como el café o el chocolate.
El alcohol que afecta al sistema nervioso tampoco es muy recomendable. De hecho, las famosas resacas se caracterizan por un intenso dolor de cabeza.
Además, los alimentos ultraprocesados contienen ciertos elementos químicos que pueden afectar la frecuencia e intensidad de las migrañas.
Varios estudios han demostrado que el glutamato monosodico y los nitritos están relacionados con las migrañas.
Fiambres y embutidos, preparaciones listas para consumir, como caldos y sopas comerciales o salsas y aderezos industriales, presentan estos aditivos.
Las tiraminas también influyen negativamente.
Hay también algunas frutas y alimentos naturales que podrían influir negativamente en las migrañas: plátanos, nueces, cítricos, aguacates, lácteos..
En todo caso, además de equilibrar todos estos factores, el principal consejo para poder combatir y reducir el efecto de las migrañas es acudir a un médico especialista.
Como ya he dicho, una cita con el neurólogo sería una buena opción, aunque para empezar lo mejor es acudir al médico de cabecera y que nos derive al especialista que considere más apropiado.
La falta de diagnóstico y tratamiento puede afectar tanto a las migrañas como a la detección de otras dolencias o trastornos. En todo caso, lo más importante es no caer en la automedicación, ya que los analgésicos pueden tener efectos secundarios a largo plazo.