Continuando con mi evolución en el entorno Android he decidido darle una nueva oportunidad a la gama media. Para ello me he decidido por el último modelo de Google, el Pixel 3a.
En esta ocasión y aprendidas las lecciones a golpe de errores (cámara, batería, sistema) decidí centrar mi búsqueda en esos puntos, obviando otros como el diseño, procesador, etc..
El Pixel 3a es la versión reducida del Pixel 3, lo mejor de todo es que ha reducido procesador, memoría, etc.. pero no su cámara. Es decir, el Pixel 3a cuenta con una cámara de primer nivel.
Un ejemplo de como se comporta la cámara del Pixel 3a son mis últimas entradas sobre Dublín y sus pubs.
Bueno, aquí también hay que hacer un matiz, cuenta con una cámara que se comporta como las mejores cámaras.
La clave de los teléfono Pixel es que al ser de Google están optimizados con el sistema Android sin ningún tipo de capa extra o añadido.
En el caso de la cámara del Pixel 3a, la aplicación de fotografía ha sido creada exclusivamente por Google para sus móviles, aprovechando al máximo el hardware.
Un hardware que está lejos de la carrera de megapíxeles o número de cámaras en la que parecen inmersas algunos fabricantes. Su cámara trasera incluye un sensor Sony IMX363 de 12,2 megapíxeles.
Ocurre lo mismo con el procesador y la memoría, con 4GB de Ram y un Snapdragon 670, se ha tenido que optimizar al máximo el sistema Android 9 Pie que incluye. Google garantiza actualizaciones durante los próximos tres años.
Por último, la batería, de 3000 mAh y carga rápida. En el mes que tengo el teléfono he llegado a acabar días con la batería al 69%.
El precio, 399€ y cuando lo compré me regalaron un Google Home Mini.