16 Años de Mareos de un Geek

Hoy se cumplen 16 años desde que nació este espacio, Mareos de un geek. Ha tenido varias casas, nombres, dominios.. pero aquí sigue, contra viento y marea.

Como la viva imagen del que escribe, cambiando de hogar, pasando por Valencia, Londres y ahora Marbella.

Aunque últimamente no estoy muy motivado a hacer, prácticamente nada, éste sigue siendo un pequeño recopilatorio de aquello que me gusta, pienso o simplemente, me resulta curioso.

Como todos los años, tengo una lista de tareas que acometer, pero nunca encuentro el momento de hacerlo. No sé si se acelerará o no, pero estaría bien un cambio de herramientas.

WordPress cada vez me resulta más pesado para lo que realmente quiero, que es escribir. He probado otras alternativas y si descartamos los editores Markdown (como el que uso para la lista de correo) hay otras opciones interesantes.

El problema es que los alojamientos basados en WordPress siguen siendo los más extendidos y cambiar todo, o incluso mantenerlo por mí mismo, sería un trabajo que llevaría tiempo.

Dejando de lado el apartado técnico, si el año pasado las entradas sobre Fuertafit habían revalorizado este espacio tanto en visitas como monetizando los enlaces de afiliados, este año ha sido desastroso.

Curioso que entre las entradas más visitadas haya dos sobre cervezas y sean las de Lidl y Mercadona. Por lo demás todos tenemos problemas con Windows o Mac.

Por último, me resulta aún más llamativo, que una entrada sobre un videojuego de hace siete años siga siendo de las más visitadas. Y, por otro lado, gracias por leer la historia sobre la operación de mi hija.

Esos han sido, a grandes rasgos, los contenidos más leídos en este espacio. Me hace plantearme si el resto de cosas tienen valor para alguien, aunque seguiré escribiendo para catalogar aquello que veo, juego o leo.

Después de todo, ésta es una bitácora personal y básicamente se fundamente en ir recopilando aquello que me gusta.

Lo dicho, como siempre, el futuro dictaminará el camino que toma este espacio, humilde, en la inmensidad de la red. Nos leemos en el camino.