Verano, el calor azota el centro de la península y ordas de madrileños pueblan las playas de toda España. Es el momento ideal para visitar la capital y ahorrarse aglomeraciones y colas.
Si además, puedes ir rápidamente con la conexión directa que supone el AVE Málaga – Madrid te plantas en tu destino en apenas tres horas (contando el desplazamiento desde Marbella)
Un viaje corto pero intenso, aprovechando al máximo los dos días que he pasado en la ciudad y es que era la tercera visita que hacía, así que ya tocaba ver las cosas con más detalle.
Madrid centro
La visita al centro de Madrid comenzó en el Palacio Real, más concretamente en los Jardínes de Sabatini. En uno de los laterales está la Plaza de Oriente, donde está el Teatro Real y en el otro extremo se encuentra la Catedral de la Almudena, que todo sea dicho es bastante simple y fea.
Detrás de la catedral se encuentran los restos de la muralla árabe de Madrid, dado que la ciudad tiene sus origenes en una fortaleza de la época del Califato de Córdoba.
Desde ese punto se puede empezar a recorrer la Calle Mayor, llegando a la Plaza de la Villa, que fue el centro de la ciudad en la época medieval y que está rodeada por edificios singulares como la Torre de los Lujanes, Casa Cisneros o la Casa de Don Álvaro de Luján.
Siguiendo hacía el centro se llega al Mercado de San Miguel, convertido en un espacio gourmet donde probar tapas y vinos españoles. Desde este mercado se llega también a la Plaza Mayor, con la estatua de Felipe III en el centro. Me recordó a la de Salamanca, aunque la de Madrid tiene muchos más bares y restaurantes en su perímetro.
Saliendo de la Plaza Mayor por la calle Postas, donde se puede comer un bocadillo de calamares, se llega a la Plaza del Sol, donde se encuentra el Kilómetro Cero de las carreteras radiales españolas, la Real Casa de Correos desde donde se retransmiten las campanadas cada Nochevieja, la estatua del Oso y el Madroño, el Apple Store o el cartel de Tío Pepe.
Museo Reina Sofia
También conocido como Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía es el heredero del Museo Nacional de Arte Moderno de comienzos del siglo XX y contiene una extensa colección de obras de arte de autores españoles de esa centuria.
Destacan, como núcleo de las colecciones los autores Juan Gris, Pablo Picasso, Salvador Dalí y Joan Miró, representantes de las corrientes más vanguardistas en el arte del siglo XX: cubismo, surrealismo e impresionismo.
Las tendencias de principio de siglo se encuentran representadas por múltiples obras de estilos como el modernismo o el realismo.
Aunque tal vez la obra más reconocida sea el Guernica de Pablo Picasso, el pintor malagueño realizó esta obra como encargo del gobierno de la II República para que se exhbiera en la Exposición Internacional de París en 1937 y muestra los horrores de la Guerra Civil que estaba sufriendo el país en esos momentos.
Las obras de Dali, Miro, representaciónes audiovisiales de Buñuel ayudan a trasladarse a la vanguardia del arte español de la primera mitad del siglo XX.
El museo también cuenta con una extensa colección de obras de autores españoles y extranjeros de la segunda mitad de siglo, representando estilos como el arte figurativo, el abstracto o el pop art. Lienzos y esculturas componen las completas colecciones que se exhiben.
Como curiosidad y sin ser arte moderno, también se puede ver un cuadro de Sorolla y algunos grabados de Goya.
Para ser sincero, después de 4 horas no me dió tiempo a ver todas las salas del museo, así que me tocará volver y continuar la visita en otra ocasión.
Paseo del Prado y Gran Vía
La tarde del sábado la dediqué en gran medida a vistar el Museo Arqueológico Nacional que se encuentra en las inmediaciones de la Plaza Colón. Para llegar hasta allí hay que recorrer el Paseo del Prado.
El Paseo del Prado se encuentra delimitado por las fuentes de Neptuno y Cibeles. A lo largo de su recorrido, que comienza en el Jardín Botánico se encuentran el Museo del Prado, CaixaForum y el Museo Thyssen-Bornemisza.
El Museo del Prado estaba siendo reformado, al menos la fachada, pero en su entorno se encuentran estatuas de grandes autores españoles: Murillo, Velázquez y Goya.
Justo en el punto intermedio del Paseo del Prado se encuentra el Monumento a los Caídos por España que conmemora el levantamiento del 2 de Mayo que inició la Guerra de Independencia en 1808.
Continuando con otros edificos reseñables, la Bolsa de Madrid tiene su sede en la misma plaza y ya en el Paseo del Prado se encuentra el edifico del Banco de España, el Museo Naval y el Ayuntamiento de Madrid.
Continuando por el Paseo de Recoletos se llega a la Plaza de Colón, donde se encuentra el edificio que alberga tanto la Biblioteca Nacional como el MAN (del que ya hablaré en otra entrada) en esa plaza también está el monumento a Blas de Lezo.
Para volver hasta el centro donde iba a cenar, nada mejor que recorrer las calles de Chueca, donde se pueden tomar unas cervezas en lugares como la Cervecería Källa (que estaba cerrada) o en Bee Beer, o subir a la terraza del Mercado de San Antón que me recordo a las terrazas de los bares londinenses.
De Chueca a la Gran Vía, icono de la ciudad y donde se concentran multitud de tiendas. A la altura de la Plaza del Callao se encuentra el famoso Edificio Capitol, coronado por el cartel luminoso de Schweppes.
Subiendo por la calle Libreros se llega a las calles Estrella y Luna, donde se concentran un elevado número de tiendas de cómics y manga.
Lavapiés
Después de la mega jornada cultural del sábado tocaba relajarse el domingo y nada mejor que empezar el día haciendo una ruta cervecera por el centro de Madrid. La zona elegida fue Lavapiés , un barrio multicultural al que se puede llegar fácilmente desde la estación de Atocha.
Por eso, la primera parada fue la terraza de El Pedal, que está en la calle Argumosa, subiendo desde el Museo Reina Sofia hacia Lavapiés. Desde allí hasta Chinaski Lavapiés que tiene una muy buena pizarra con las cervezas de grifo.
Atravesando la Plaza de Lavapiés y en dirección a la calle Embajadores para llegar a La Buena Pinta, tienda y bar con una gran selección tanto en grifo como en botellas. La siguiente parada y como culminación de la ruta por Lavapiés Craft Against the Machine que tenía 6 grifos a tope de cervezas artesanas nacionales.
Y como colofón a esta ruta cervecera, visita a Pez Tortilla, que dispone de dos locales, uno en La Latina y otro en Malasaña, se trata de un local donde sirven pinchos de tortilla y croquetas únicamente, pero que además dispone de cervezas artesanas, combinación perfecta.
Destacar en todos los locales el buen trato recibido y como los camareros siempre te asesoran y aconsejan según tus gustos.
El Retiro
Y para culminar la visita a Madrid, nada mejor que pasar la sobremesa en el Parque del Retiro, sin lugar a dudas una de las zonas más conocidas de la capital española.
Para llegar desde el centro hasta allí pasé por la Carrera de San Jerónimo y las puertas del Congreso de los Diputados, que dando ejemplo, estaba cerrado a cal y canto (no había ni polícias en la puerta)
La verdad es que después de haber vivido en Londres, el hecho de encontrar muchos sitios cerrados por vacaciones es algo que no deja de impactarme y más cuando en la Costa del Sol está todo funcionando al 120% (dado que medio Madrid está aquí de veraneo)
Para ser sinceros, mi visita al Parque del Retiro no fue más allá de recorrer alguno de sus paseos, contemplar un par de fuentes monumentales y ver el famoso lago que tampoco me pareció tan grande.
Aún así, creo que en próximas visitas exploraré más este fabuloso parque que contiene multitud de lugares peculiares y que tiene su origen en lo que fue un palacio y parque de retiro de los soberanos españoles.