Finalmente, llega el final de 2019, la verdad es que ha sido un año bastante negativo, cuando esperaba que fuera todo lo contrario.
Mi tercer año en Andalucía no ha hecho más que reafirmarme en todos los temores que tuve al llegar aquí.
Eso, además aderezado con un poco de mala suerte han hecho que a día de hoy celebre que el año se acabe para vislumbrar algo diferente en el 2020.
El año empezó como siempre, celebrando que este espacio sigue abierto y a toda máquina. En enero también visite Córdoba, una ciudad donde también pude disfrutar de sus cervezas.
Febrero fue un mes tranquilo, películas [1][2][3][4], series, libros, videojuegos.. y empezando a machacarme en el gimnasio, lo normal.
En marzo hubo una visita rápida a Valencia, con paseo cervecil incluido. Acabé de leer un libro para empezar a correr y la verdad es que me lo tomé bastante en serio.
A finales de mes asistí en Málaga a un concierto con música de John Williams, muy recomendable.
En abril, después de estar en la Retropixel 2019 me sacaron una muela, así que me pasé el mes viendo películas [1][2][3].
También hubo elecciones generales, pero no sirvieron de nada, cosas de este país.
Y como imagen de lo que es España, empezó mi via crucis personal, después de todo, una extracción de 90 minutos de una muela no iba a ser nada comparado con la que me venía encima.
El 25 de abril (sí, el día de la Batalla de Almansa) volví a casa y había una avería en la bajante de agua de la cocina.
Ese día, gestionado por la administración de la comunidad me citaron para repararla en el mismo fin de semana (ocurrió un jueves)
Lo que iba a ser una rápida reparación se alargó hasta finales de agosto.. y además me ha tocado reformar por completo el cuarto de baño.. reforma que sigue en marcha debido a una serie de fatídicas circunstancias.
Resumiendo, más de 8 meses de reformas en casa, con el consiguiente desgaste que eso supone, tanto a nivel físico como mental (debido a las múltiples gestiones, por llamarlas de alguna manera)
Aún así, intenté que no me afectará demasiado, pero si la cocina había sido uno de mis templos (en ruinas) hasta el momento, debía olvidarme.
Sin saber aún la que me venía encima, a finales de mayo estuve en Dublín y por supuesto hubo muchas cervezas en ese viaje.
Después de eso, para animarme, intenté volver a jugar a algún videojuego [1][2][3] pero nada más lejos de la realidad.
También acabó Game of Thrones y hubo algunos estrenos interesantes como Avengers o Toy Story 4.
Llegaba el verano y decidí desconectar de todo. Me limité a asistir a una serie de eventos [1][2][3][4] que ya tenía programados y esperar la resolución de la que tenía montada en casa.
Aunque sin lugar a dudas, el momento más especial fue el día de mi 40 cumpleaños. Rodeado de todas las personas que me quieren, aprecian y podían estar allí, en Marbella. Muchas gracias a todos.
Septiembre iba a ser un mes mágico, de desconexión total y de cumplir un sueño: viajar a Japón.
Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, pudiendo visitar lugares sobre los que había leído mil cosas, al fin estaba allí.
La vuelta a casa iba a suponer recuperar energías y ganas para afrontar el último tramo de 2019 con otra cara pero de nuevo todo se torció.
El 5 de octubre tuve un accidente con el coche y me toco pasarme 45 días en rehabilitación. ¿Qué más podía pasar en este 2019?
Si el tema de la reforma me había minado mentalmente, no poder hacer deporte lo iba a hacer físicamente.
Aproveché los meses de octubre y noviembre para escribir sobre mi viaje al país nipón, ver algunas películas [1][2][3] y series y disfrutar del comienzo de la temporada de la NBA.
A mediados de noviembre empecé con la reforma del cuarto de baño, con idea de tenerlo listo antes del puente de diciembre.
Y si esperaba que pasara algo más.. bueno, a día de hoy, todavía no se ha acabado con la reforma.
Aún así, aprovechando el puente de diciembre conocí otro rincón de Andalucía, La Alpujarra granadina.
Y por lo demás, ha sido un año para olvidar, de los cuatro propósitos que me planteé a comienzos de año solo he podido cumplir dos.
He tenido que, prácticamente, exiliarme de mi casa, para recuperar fuerzas y energías de cara al futuro.
Por eso espero que el 2020 sirva para ir cerrando las cosas que quedan aún abiertas de este 2019 y empezar nuevos proyectos.